lunes, 16 de febrero de 2009

Anterior apariencia de Alice Waters. ¿Casualidad en las donaciones de libros?

En este momento me encuentro revisando libros en inglés que donaron a la biblioteca. Tengo que hacer una "selección" de aquellos que pueden ser útiles para la salas de consulta. La gran mayoría son sobre estadística y... marxismo. En algún momento llegué a la conclusión que la buena voluntad de las donaciones podría ser, en realidad lanzar a otros el material que no se atreven a quemar. ¿Se habrán aburrido de Marx y del socialismo o acaso lo encuentran out, o es resignación al pensar que estas lecturas son para la juventud? Me pregunté si en mi actual contexto laboral, habrá profesores o aspirantes a normalistas que deseen leerlos, y de repente recordé a una antigua compañera de carrera que solía comprar muchos de estos libros, vestirse inicialmente como hippie y luego se transformó en una hippie-chic con senos nuevos. No pude contener la risa. Quizá el socialismo tenga vanales encantos.
Lo más gracioso fue el encuentro con un libro sobre ese tema, ya que, al final de éste, estaba la foto de los autores. Entre ellas estaba la de una chica (en aquel entonces como de treinta años, ya que este libro es de inicios de los años setenta), Alice Waters, cuyo corte de cabello lucía igual al que yo tenía hace dos años y su armazón era parecido al que usé hasta hace dos meses. En fin, partí de un texto anti burgués para atraer mi segundo superficial.
Suspiro de Arquíloco
En estas últimas semanas llegué a importantes conclusiones:
1. Ya no puedo escuchar la palabra "chido" más de tres veces en una conversación, sobre todo cuando hablan los chicos, y cuando son mayores de veinte años, me molesta.
2. Me fastidio de xalapa y el incremento de automóviles.
3. Detesto salir tarde del trabajo porque eso implica que mi tarde, inevitablemente, huirá en menos de lo que dé la vuelta.
4. De Calamaro sólo me gusta la canción Lorena, por obvias razones. No me gustan sus canciones(y no me disculpo por ello).
Sáfica exhalación
Al amor es mejor no darle la espalda. Hay que mirarlo fijamente, escuchar su lenguaje de herido mar abierto, llorar con su error que nos sacude hacia las rocas.
Al fin y al cabo el mejor sueño es el rumor del oleaje.
(Las naves siempre regresan)
Vero dirò (forse e' parrà menzogna)
ch'i' sentí' trarmi de la propria imago,
et in un cervo solitario et vago
di selva ratto mi transformo:
et anchor de' miei can' fuggo lo stormo
(Petrarca, contigo quiero terminar heroicamente el post de este día)