martes, 28 de septiembre de 2010

¡Papalote!

Me enteré tarde que el día de hoy abrieron un taller de papalotes.
He querido siempre echar a volar uno. Luigi me dijo que octubre es el mes idóneo para hacerlo, sin embargo hay tanta lluvia que no veo para cuándo. Qué más da, me perdí de la clase, no tengo el material, ni siquiera sé con exactitud de qué color me gustaría, dónde y si deseo ir sola o acompañada.
Ahora que lo menciono... tal vez tengo algunas certezas al respecto.
Si voy sola mi papalote sería azul con un par de hipocampos blancos. Si alguien me acompañara, alguien que me gustara mucho, sería en forma de dragón, o tendría el dibujo que al él le gustara, no me importaría, haríamos turno para volarlo.

(Je me souviens: il'y était une fois une dingue fille qui a demandé à un petit gars de la chercher pour faire ce truc. Malheureusement la gamine avait sa tête dans la lune; un jour elle a pris la main de ce pauvre gamin si forte qu'il est mis en colère; plus tard il avait dit je ne veux pas être ton ami, jamais!!!)

A pesar de mi deseo, supongo esperaré unos años más, cuando mi sobrino ya pueda articular palabra, me jale los cabellos y huya-corra de los abrazos. Y tendré que ceder: él lo manejará, miraré cómo suspende el aire al papalote y mi pecho se abrirá de igual modo, entregándose de 7 a 10 nudos en la escala de Beaufor

lunes, 27 de septiembre de 2010

Para Mi-chelino

Lo que te acompaña, me acompaña de igual modo.
Segura estoy que volveremos a encontrarnos, yo quiero que así pase y así será.

Así será, Mi :)
Toute mon amitié, tout mon coeur, toute mon affection

Skal!!!


sábado, 25 de septiembre de 2010

Bitácora de Sauróctonos

1

Cuatrocientos cocodrilos se han escapado.
Nadie llamó para avisarme. Tuve que verlo en la televisión esta mañana. Han capturado la cuarta parte.

2
Quedan trescientos cuya mitad será mía.
No me interesan los pequeños, voy por los grandes, los que mis brazos no puedan abarcar de brazo a brazo y al retorcerse su cola arrastre al agua sucia más lodo y piedra.
El rifle ya suspira  a San Julián.
Me alegro


jueves, 23 de septiembre de 2010

lunes, 20 de septiembre de 2010

Apoyemos a los damnificados por Karl

Como saben, el Estado de Veracruz quedó devastado por el huracán Karl. Muchos municipios quedaron arrasados por el agua y numerosas personas han perdido sus hogares. Si vives en la capital del Estado, apoya proporcionando víveres o ropa en el centro de acopio ubicado en el Parque  Juárez.

Ayudemos :)

domingo, 19 de septiembre de 2010

A veces no es requisito indispensable

El amor también es un cocodrilo, pensaba
y muestra la mandíbula, camina veloz, te alcanza.

Sólo que a veces no es requisito indispensable

domingo, 12 de septiembre de 2010

Sauróctonos (Primera parte)

Una vez un individuo citado como testigo, le instó con estas palabras: “Dime, Craso, ¿por qué clase de hombre me tomas? “Por esta clase de hombre, respondió, señalando en un cuadro a un galo que sacaba la lengua generosamente”.
 Plinio el Viejo, libro 35

Veo poco a DZam. Hace meses que me invita a visitarlo pero nunca me decido. Siempre me ofrece sus instalaciones no sólo para poder escribir, sino para buscar, sin importar el tiempo que me tome, el trabajo que realmente quiero. Me ofrece generoso su espacio, a él no le importa que por unas semanas sea el mío. No cesa en invitarme-empujarme para que envíe mi cotidianeidad hasta Plan del Río, y soy boba porque vacilo, vacilo. En esta ocasión vino a la ciudad para asistir a la boda de un amigo, y tuvo la iniciativa de proponerme que lo acompañara. La boda era en la Antigua y con tal de ver higueras y mi entrañable Huitzilapan, accedí.

Fue divertido. En lo que terminaba la misa, invertimos nuestro tiempo observando tres niñas que usaban los pétalos que suelen arrojarse antes que entre la novia a la Iglesia como ofrenda a los extraterrestres, la mayor llamaba a las dos pequeñas, extendió el brazo para que unieran sus palmas y dijo “las tres unidas siempre”, fue inevitable recordarme con mis hermanas, una quería quitarse con desparpajo la crinolina –cuánta envidia, socialmente se les permite eso a los niños y si yo hiciera eso pensarían que soy una casquivana- y las mujeres no dejaban de abanicarse, también eso había olvidado. Y el río estaba a un lado de nosotros, tomamos algunas fotografías, fuimos a Veracruz por un lechero a la parroquia y más tarde, rodeándonos, la carretera.


Dan y yo no necesitamos conversar mucho, de hecho no es necesario hablar sobre varios asuntos, es como cuando teníamos 12 años y me permitía hacer pucheros y comentarios bobos. No sé si debo dar todo el crédito a su inteligencia y a su profesión –médico- , pero parece que mi vida la supiera de antemano, así que, si le confieso algo, me da un diagnóstico tan certero porque él ya lo sabía. Es uno de esos momentos en los que me gustaría ser menos torpe. A raíz de una vergonzosa fe de erratas cometida hace un poco más de una semana, me preguntó si ya tenía claro hacia dónde ir. Lamentablemente respondí que es algo que desconozco, sabiendo que mi locus amenus-cerro imaginario va a desvanecerse pronto. Me dijo algo en lo que no dejo de pensar y que me servirá de corolario durante los próximos meses. Es una frase que, dice, un pediatra de apellido Grossman, ordenó colocar como letrero en la entrada del quirófano: "cuando dices que la cirugía es difícil es porque la estás haciendo mal”. Aplicado a su servidora, quiere decir que todo lo que he hecho a lo largo de estos meses, que siento de plomo, ha sido por mis malas decisiones, todo por temor a no cruzar el río.

Por eso, mi querido Dani, no me pienses como alguien que saca la lengua; mejor como cazador de cocodrilos

(Supongo que por ese motivo lo echo de menos)


Alégrate: un día después que te fuiste, me levanté temprano y me dirigí a este lugar.







miércoles, 8 de septiembre de 2010

Una extraña lección

Frida llega a la oficina dos o tres veces por semana. El día de hoy, luego del beso que suele darme, le pregunté qué tal le había ido en la escuela. Acostumbra decirnos siempre que le va "perfecto". Sin embargo, en esta ocasión me dijo "hoy aprendí algo que no me gustó". Pregunté de qué se trataba, no dijo palabra y empezó a alejarse de mí, sólo un paso. Toqué su cabello e hice una proyección de lo que a los seis años tampoco me gustaba:

- ¿Matemáticas?
- Mmm sí.
-¿Suma y resta?
-No.
-¿Conjuntos? (sé qué piensan pero lo dije, se me ocurrió)
-Sí, bueno, no.
-Entonces...¿nada de matemáticas?
-No.
Su risa no me provocaba la menor desesperación, aumentaba mi curiosidad.
-La brisa marina está en el fondo en el fondo del mar.
-¿Perdón?
-La brisa marina está en el fondo en el fondo del mar.
La niña lo dijo con mayor velocidad. No comprendí.
-¿Eso es lo que aprendiste hoy, Frida, eso no te gustó?
Comenzó a alejarse, giró la perilla, sonrió.
-La brisa marina está en el fondo en el fondo del mar.

Volvió a reír y cerró la puerta.

Catágraphon

Fui la afortunada esta noche para poner llave a la reja. Cuál fue mi sorpresa al ver que había un suspiro de niebla. Por este evento, insignificante, me sentí reconfortada.

Creo que es lo más bonito de esta ciudad, sobre todo cuando el otoño rezuma su presencia. Cuando menos me lo espere, al despertar, los árboles se asomarán apenas, me asomaré apenas en cuanto baje las escaleras y salga a la calle, seré un bulto que ya no desea encaminarse al curso del instante, sino a una pausa en la que ya no importa el peso de los zapatos, ni el temblor del cuerpo que sale tibio de casa ni la sonoridad de los nombres.

Siento alivio, al fin.

sábado, 4 de septiembre de 2010

Primer decálogo tamarindo (I must do/ I shouldn't do)

1. Olvidar el reconocimiento de los demás. No importa lo que piensen, es necesario quemar esos harapos pesados, perder el temor a los criticones.
2.No mentar la madre por anticipado. Buscar la calma, respirar hondo, no elaborar misivas furiosas-hirientes, hayan o no hayan hecho daño a la suscrita.
3.Sacar a pasear a la von Hell cada vez que el %&$$$#!! clima de montaña lo permita -pobre, se deprime-.
4.Comer sushi más de una vez al mes.
5.Invertir menos tiempo en redes sociales.
6.Ver carretera-monte-cerro porque la salud mental lo exige.
7.Si algún suceso agita al corazón, abandonar la idea que las canciones compartidas o regaladas, cuando se escuchan después, producen malestar al pecho. La playlist del ipod no es culpable.
8.Si no consigo concentrarme con lecturas nuevas, releer mis novelas favoritas. La atención, tarde o temprano, debe regresar.
9. No perderme en el monte cada vez que estoy triste. Luego olvido el lugar donde pongo objetos importantes y hago largas filas en el banco, esperando media hora para llegar casi a la ventanilla y darme cuenta que olvidé la tarjeta.
10. No volver a hacer público lo privado, sobre todo mis furias. Nunca más.