Frida llega a la oficina dos o tres veces por semana. El día de hoy, luego del beso que suele darme, le pregunté qué tal le había ido en la escuela. Acostumbra decirnos siempre que le va "perfecto". Sin embargo, en esta ocasión me dijo "hoy aprendí algo que no me gustó". Pregunté de qué se trataba, no dijo palabra y empezó a alejarse de mí, sólo un paso. Toqué su cabello e hice una proyección de lo que a los seis años tampoco me gustaba:
- ¿Matemáticas?
- Mmm sí.
-¿Suma y resta?
-No.
-¿Conjuntos? (sé qué piensan pero lo dije, se me ocurrió)
-Sí, bueno, no.
-Entonces...¿nada de matemáticas?
-No.
Su risa no me provocaba la menor desesperación, aumentaba mi curiosidad.
-La brisa marina está en el fondo en el fondo del mar.
-¿Perdón?
-La brisa marina está en el fondo en el fondo del mar.
La niña lo dijo con mayor velocidad. No comprendí.
-¿Eso es lo que aprendiste hoy, Frida, eso no te gustó?
Comenzó a alejarse, giró la perilla, sonrió.
-La brisa marina está en el fondo en el fondo del mar.
Volvió a reír y cerró la puerta.