Hoy cumplió años doña Li. Es su primer año sin don Fer, a quien dice no echar mucho de menos, a quien menciona de manera impersonal. No la juzguen. Li es así, desde niña siempre se hizo su santa voluntad, le daba órdenes a los trabajadores, trepaba a los árboles, jalaba de las trenzas a quien le molestara y nunca le rompieron el corazón. Cuenta que antes de conocer a don F. le gustaba un general, pero éste la engañó con otra chica, ella los descubrió en un baile. En fin, a otra cosa, pensó. Es lo único que no tengo de ella, ese gran temple-soberbia-fortaleza.
Ahora la hacienda donde vivió es un terreno triste y mal repartido. La herencia muestra siempre la rapacidad que llevamos dentro. Y uno de los hermanos las dejó sin nada, sin el recuerdo de los pasillos donde mamá Moncha y mamá Lasa, sus tías, solían, ya muertas, arrojar piedritas por la noche a los nietos cuando tenían que cruzar el corredor para ir al baño. Tampoco existe el lugar donde hacían las paletas heladas. Una parte de ese lugar lleno de recuerdos es ahora imprenta del esposo de la tía Conchita. Lo demás, propiedad del hermano que se llevó todo, doctor, dicen.
Le gusta escuchar a Juan Gabriel, espera ir al concierto al que según esta tamarinda le acompañará, nunca deja de moverse, va de un lado para otro, y cada vez que me jorobo me pellizca la espalda y me dice que debo ponerme más rímel en las pestañas "por que no me veo arreglada". Le gusta el tequila, pero ayer por la noche, como pre-festejo, me dijo que bebiéramos juntas una botella de vino tinto que tenía por ahí, y, como consigna, "teníamos que terminarla esa misma noche". Ahora pone un cd que le regaló su sobrina, uno de Jaime Sabines en Bellas Artes. A mi abuela le parecía un hombre guapísimo, al que según le llamaban el Santo, y todas las chicas volteaban a verlo. Doña Li comenta que es una lástima que ya esté muerto, porque aún viejo, "cómo le gustaba". Li mostró preferencia por hombres de ojos claros (aunque al final se casó con uno de ojos café), gusto, que si puede transferirse en los genes, se lo pasó a su hija, casada con un hombre de ojos color verde, a la nieta mayor cuyo esposo tiene los ojos azules, y a la nieta menor, que a pesar de tener "gustos surtiditos", siempre suspira por celestes ojos laguna (no comprendo por qué los vikingos, un par de germanos y un holandés ahora están tan lejos).
Nos pide que escuchemos esos poemas de Sabines, que además de apuesto fue un gran poeta, y muestra un aire triunfal porque era chiapaneco como ella y por que llegó a verlo cuando era adolescente.
Ahora está recostada en el sillón, compréndanla, está cansada. Duda del futuro de nuestra selección mexicana y obviamente su equipo es jaguares. Quizá en unos minutos, cuando se recupere, jugaremos cartas, por que ella ha sido mi escuela, así como don Fer fue el dominó. Este día le ha prestado a su nieta la menor uno de sus collares de perlas, ah y un par de aretes porque dice que no puedo andar como los hombres, con las orejas pelonas.