Misha se fue la semana pasada. Me hubiera gustado verlo antes, pero las despedidas nunca han sido mi especialidad. Nunca sé qué hacer. Algunos se preparan con semanas de anticipación, ruegan por tener espacio días antes que se vaya el otro, llaman, ruegan, escriben e-mails, ruegan. Lo único que se me ocurre siempre es "a ver si puedes", no consigo ser firme e insistente. Me falta actitud para chingar y alcanzar el objetivo de verlos, dar un abrazo y desear lo mejor. Un caso similar ocurrió hace un mes al partir otra vez luigimihijo. Se presentaron numerosas reuniones etílicomágicomicas y nada. Su servidora estaba ensimismada en otros asuntos, sólo uno más importante que los otros. Si hago la cuenta, no veo a L. desde hace tres años. No puedo culpar a otras circunstancias por más que quisiera. No soy y soy mala amiga pero los quiero un montón. Fue la desidia nomás.
Durante los años 2005-2008 hubo muchas despedidas. Usualmente me quedaba como un árbol, sería acogedor pensarme como un gran ahuehuete pero la verdad fui más enebro. La gente se acercaba y todas aquellas palabras que deseaba decir no salían. Sólo cuando me despedí de mi manquito me puse a llorar. El vertedero duró tanto que tampoco frase alguna podía decir. Mis tres previas despedidas con agusmonamour fueron semejantes, la última fue más feliz porque voy a verlo muy pronto. Ya sé, no cuenta como despedida, no estoy siendo justa. El punto es que Misha se fue y tenía ganas de hablar con él de las verdaderas lecturas que me han cambiado y que han ajustado lo que soy y lo que quiero en la vida. Sé que con él podría hablar sobre eso porque lo considero un gran lector, claro, lee muchísimo, pero eso no es ser buen lector. Si la literatura te afectó tanto como me afecta a mí es posible que me comprendas mejor: no se trata de alardear del número de libros que han repercutido en la vista y que poco a poco van mermando el espacio en la habitación, en la casa y que a lo mejor podrían ser recitados por becarios pedantes cuya nariz sólo abarca las líneas que escriben. Leer es una forma de vivir, de adaptarla o conciliarla. En esta época de verdadera mierda un libro aún salva, por poco pero salva. Me hace revivir la importancia de la amistad, de lo degradante que puede resultar una relación de pareja o sobre la plenitud al renunciar a algo que te maniataba. Ustedes tendrán su propia lista.
Misha, si puedes, consigue Cuerpos del Rey de Pierre Michon, una de mis obsesiones del momento, la traducción fue quien me hizo llegar a él, nadie más. Me di cuenta que no estoy escribiendo con la tripa, por eso nada funciona ni a la mitad. Me alegra pensarte lejos de este puebluco lleno de autos y operativos. También me alegra haberme enterado al final de que haces yoga, ¿acaso no es lo más difícil meditar?
Misha, si puedes, consigue Cuerpos del Rey de Pierre Michon, una de mis obsesiones del momento, la traducción fue quien me hizo llegar a él, nadie más. Me di cuenta que no estoy escribiendo con la tripa, por eso nada funciona ni a la mitad. Me alegra pensarte lejos de este puebluco lleno de autos y operativos. También me alegra haberme enterado al final de que haces yoga, ¿acaso no es lo más difícil meditar?
Por cierto, olvidé decirte que eliánlove ya gatea por toda la casa y tiene todo para ser un gran bataquero. Ah, y yo también haré un viaje requetepronto, la aerolínea me tiene un poco en vilo pero el boleto ya está, tengo tanto que hacer y nadie para despedirme de este lado (¿cuenta que algunos amigos quieren gorgorear conmigo el 15?). Al final, y por el momento, tendré que regresar :(, bueno, on ne sait pas. Eso sí, regresaré con muchas sorpresas, seguro, y con el corazón más lleno, doblemente seguro.
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