domingo, 31 de octubre de 2010

Mis ofrendas

Para uno de mis abuelos, parte de su altar


I

Madre, abuela y yo lanzamos la hechura de mi abuelo al río.

Huitzilapan ataja con sus muslos nuestra sed de ahogar en canto la estrechez de las orillas, de trazar alguna arruga que nos permita residir en su boca antigua y sin historia: desmenuzamos tu última sustancia, deslavamos el deseo de hundirnos en los días que no sabremos dónde vas a estar.

Entregué mis ojos, trágicas figuras que en el calor son pájaros mansos cuyo dolor pierde territorio entre los árboles.

De niña, tras comer, mi madre me decía: espera un poco si no morirás y te llevará el río. Al sentarme en el muelle, mis pies huían del pámpano, de su despojo, ahora tuyo. Miraba el azul y los niños sin pavor al jaloneo, ella insistía, no vayas aún que te llevará el río.

Quizá tu muerte es destello que alumbra a buena hora o es error de no aparejar bien las velas. Tras tu ceniza nos aborda una ráfaga sin memoria.

Madre y abuela te despiden, asoman tus restos, muestran el gran borde fugitivo del mundo, desarman los labios al nombrarte.

El sudor daba palmadas a mis hombros, los tábanos apresuraban beber un poco de mi madre. Nuestro plañido se columpia en las hojas al pulir en nácar la apariencia de tu mano que nos tomaba camino abajo, cuando la risa acurrucaba infancia bajo las conchas.

No hay oración que salve la propia gravedad con la del agua. Escarbar el río donde habita el renacuajo es comprender que nuestro primer llanto nos persigue.

Tu silencio es el tono más alto que la garza acerca a las orillas.

miércoles, 27 de octubre de 2010

La tarea

No tendré clase de yoga en una semana. La maestra nos pidió, durante estos días, una tarea: estar en paz. Exclamé: "caray, será bien difícil". Ella respondió que no, que no lo era, que debía mantenerme en mi centro y apoyarme en dios. 
Tengo ocho días para ponerme a prueba. 

domingo, 24 de octubre de 2010

Broken Social Scene!!!!!! (euforia previa a la crónica)

Agradezco las facilidades proporcionadas -paciencia incluida- de mi adorado hermano Dzam. Prometo escribir pronto y relatarles este concierto brutal



jueves, 21 de octubre de 2010

Noticia de última hora :D

Tamarindi irá al concierto de The Broken Social Scene este sábado 23 de octubre en puntito de las 21:00 horas. La acompañará Dzam quien no los ha escuchando nunca. El motivo es muy sencillo: mi hermanito no conoce a muchas bandas, de hecho se quedó un poco en los años noventa con los recursos que nos daba el MTV de aquel entonces, pero eso sí, goza como pocos de nuestra generación la música clásica :), pregúntenle sobre Mahler. 

Ya no hay vuelta atrás. Las entradas han sido compradas. Espero salga ileso de este concierto y pueda brincar un poquito. 

A mi vuelta, los detalles de esta singular y emocionante aventura.

sábado, 16 de octubre de 2010

Malgré tout... yeah!!

Me perdí del CC pero a cambio recibí una noticia que esperaba desde hace mucho... y ha sido favorable. Festejo así, me siento así...

miércoles, 6 de octubre de 2010

Octubre nunca se cansa de mi garganta

La luz se para de puntas y los gajos dorados en cada una de las hojas no equivalen al calor insoportable. Las siete de la noche se parece más a las nueve y el viento emite el primer bostezo, luego ronca, vocifera y lanza a la cara un rugido juguetón.

Es octubre, es otoño, la ráfaga se inclina a mi cabeza, se quita el sombrero y no hay ocasión en que no horade mi garganta. Comienzo del problema.

Es octubre, es otoño, deja en mí esta marca, la gripe que pone una caldera en mi cabeza y nieve en mis manos, y mi nariz es trombón que toca mal, muy mal.

Cuando era niña lo único que me gustaba de estar en cama era recibir, alrededor de las cinco de la tarde, alguna llamada de mis compañeras de clase preguntándome si estaba bien y me decían qué había dejado de tarea la maestra; en la secundaria y en la prepa la expectativa era mayor: el número de niñas preocupadas-curiosas-intrigadas por mi estado decreció al tal grado que lo compensó las llamadas de los chicos. Aunque ellos no me proporcionaban de manera satisfactoria la información vista durante las clases, los apuntes y los deberes, al menos me hacían reír. Antaño era más enfermiza y cuando no asistía a la escuela podía faltar una semana, siempre y cuando tuviese 38 grados de temperatura, de lo contrario mi padre me obligaba a ir a la escuela. Faltar por gripe era holganza, irresponsabilidad, así que a pararse de la cama, a sentir la cabeza como un yoyo y nada de quejas debiluchas.

La liberación para elegir cuándo faltar y cuándo no fue en la facultad. Menos mal que a pesar del control de asistencias de algunos profesores, un día de descanso-inasistencia era posible. Incluso llegué a recibir alguna que otra llamada, de ninguna compañera por supuesto –no lo digo con gusto-, ni siquiera de aquella que en aquel entonces consideraba mi mejor amiga. Quien me llamó, si mal no recuerdo, era un chico que un día me dio el regalo más original que hasta la fecha me han dado: nada más ni nada menos que un limón. Así como se lee. Afuera del salón de clase, estaba apoyada en la baranda, se acercó y me dijo “esto es para ti”. Uno de mis compañeros lanzó una carcajada. Más tarde me enteré que le dijo a mi amigo “guey, un día voy a darle un costal de limones a Lorena, ja ja, qué cagado verla cargando el bulto”. En efecto, hubiera sido muy gracioso, pero no hubiera aceptado. Posiblemente la repartición de vitamina C al resto de la clase hubiese sido mi obsequio o por qué no, agua de limón con piquete.

Pese a una responsabilidad a veces recalcitrante impuesta-inculcada desde la infancia, hoy no fui a trabajar. Descanso cómodamente en mi cama y el pantalón amplio de mi pijama con bolsillos me parece la mejor prenda del mundo. No tengo mucho sueño, quizá me basta un día para reponerme.

Al menos no pasé tan mala noche, pese a la obstrucción de aire, tan necesario siempre. Mi organismo necesita mejores armas. En el yoga hacemos respiraciones que presuntamente limpian. De hecho ayer –soy necia y fui- estuve sin inconveniente más de la mitad de la clase, hasta me sentía mejor y nada estorbaba a mis pulmones.

Apenas es día 6, restan 25, noviembre y diciembre. Si guerrero 1 y 2, la variante de la postura del pez y mis bufandas no me auxilian, desconozco en qué otros artilugios apoyarme para no enfermarme lo que queda del año.