sábado, 4 de julio de 2009

Un año definitivo, un año multiplicado. Adios Madrid

Regresé hace un año.

No haré recuento, ni voy a quejarme. Resumo con un poema de mi amado Char, poema que me he atrevido a traducir.

En guardia

En nuestra templada vertiente tenemos una serie de canciones que nos flanquean, alas comunicantes entre nuestro tranquilo soplo y nuestra fiebre más intensa. Piezas casi banales, de tenue color, de silueta tardía, cuyo tejido lleva sin embargo una minúscula herida. Es permisible que cada uno le ponga un principio y un fin a este dudoso rubor.
En un tiempo donde la muerte, dócil de brujos farsantes, deshonra la mejor oportunidad, no dudamos liberar todos los instantes que tenemos. O mejor, giramos hacia el arbusto, esa enredadera que la última hora de la noche afina y entreabre, pero que el mediodía condena a cerrar. Extraordinario sería que la quietud, detrás de la que apenas nos acurrucamos, no fuese la que hubiéramos querido por una siesta.

traducción de Lorena Huitrón