martes, 26 de julio de 2011

Paquetito demodé

  IV
NIV

No hay más extraño que uno. Es la apariencia de otro quien terminó por frecuentarnos,
por aceptar finalmente una invitación reiterada.
Me pareció ver a mi sombra cuando le abrí la puerta, justo en el momento en que íbamos a salir.
La función había comenzado. “Adelante. Adelante”.
“Te estábamos esperando”, dije yo y ella dijo: “No reconozco a los ingratos”
con un curioso temblor en la voz.

Enrique Lihn, Barro