Me enteré tarde que el día de hoy abrieron un taller de papalotes.
He querido siempre echar a volar uno. Luigi me dijo que octubre es el mes idóneo para hacerlo, sin embargo hay tanta lluvia que no veo para cuándo. Qué más da, me perdí de la clase, no tengo el material, ni siquiera sé con exactitud de qué color me gustaría, dónde y si deseo ir sola o acompañada.
Ahora que lo menciono... tal vez tengo algunas certezas al respecto.
Si voy sola mi papalote sería azul con un par de hipocampos blancos. Si alguien me acompañara, alguien que me gustara mucho, sería en forma de dragón, o tendría el dibujo que al él le gustara, no me importaría, haríamos turno para volarlo.
(Je me souviens: il'y était une fois une dingue fille qui a demandé à un petit gars de la chercher pour faire ce truc. Malheureusement la gamine avait sa tête dans la lune; un jour elle a pris la main de ce pauvre gamin si forte qu'il est mis en colère; plus tard il avait dit je ne veux pas être ton ami, jamais!!!)
A pesar de mi deseo, supongo esperaré unos años más, cuando mi sobrino ya pueda articular palabra, me jale los cabellos y huya-corra de los abrazos. Y tendré que ceder: él lo manejará, miraré cómo suspende el aire al papalote y mi pecho se abrirá de igual modo, entregándose de 7 a 10 nudos en la escala de Beaufor