martes, 24 de enero de 2012

Lo que uno encuentra en los antiguos apuntes de la facultad

Necesitaba refrescar algunos conocimientos del taller de lectura y redacción. Moví la caja de cartón, la abrí y empecé a rastrear. Malas noticias. Había olvidado que, en vísperas de algún examen final, la había prestado.  Comencé a pensar a quién la había entregado. Mis nominados fueron Neto, o Sol, incluso Víctor. Sea quien sea, espero que no la haya tirado, o al menos ruego haya sido enterrada dignamente.

Encontré otras libretas. En algunas de ellas encontré anotaciones bobas, mías, de cuando conversaba con Luis cuando la clase era algo aburrida, creo que también tengo una que otra de Vera, cuando tomábamos el taller de diseño editorial. También hallé un cassette donde grabé una entrevista que nos pidió Espejo, ¿lo recuerdan? decidí hacerla al T., que en aquel entonces comenzaba a gozar de las mieles de los premios y al escuchar mi voz reí muchísimo: voz diminuta, voz ratona, voz rasguño pequeño en la mejilla. Mi risa de rama casi rota a punto de caer por el ventarrón. También grabé a Hughes, en aquel entonces mi maestro de francés, por aquello de la clase de fonética  fonología. Vaya tiempos.

Anoté algo y no recuerdo a quién por que la letra no la reconozco, podría haber sido a Juan Ángel,  no me atrevo a asegurarlo. Ha sido graciosa y oportuna, con aquello del cumpleaños. Rían conmigo. Esto fue lo que escribí en diciembre del 2002:

"Propongo entonces, en este día, que antes de cumplir los treinta haré un tractatus de poesía, inconvenientes y posibilidades"

Atentamente, la interesada.

Ay, estos estudiantes pañaludos de Letras, lo que podemos llegar a escribir, sin importar el tiempo y lugar.

Y mis apuntes de semiótica, aún están impecables. Semiótica, esas clases ininteligibles de Georgina con las que sudé la gota gorda porque solía papalotear. Imposible no hacerlo. Mis antiguos colegas, me lo dirán.

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domingo, 22 de enero de 2012

Damas y caballeros, el baile del cumpleaños (este es, este es)

Pronto tendré all access al tercer piso o tercer umbral, alias "treinta años". Hace un mes que vengo pensando más disparates de lo acostumbrado, por ejemplo, qué importancia tiene que me esfuerce en ser más madura o por qué debo, en unos días más, guardar mis converse para usarlos sólo los domingos. Incluso he pensado en hacer una limpieza del armario para separar aquellas prendas que es conveniente no usar. Muchos me han dicho que aparento menor edad de la que tengo, pero no me sentiría cómoda.

Hace cinco años todo era más sencillo. Podía decir todo lo que se me ocurriera y publicarlo. Ahora debo tener más cuidado por que estoy en una esfera en la que puedo ser víctima de la Inquisición social mexicana. No sólo eso, entiendo que debo tomar en cuenta las consecuencias de lo escrito y aprender a 1) que se me resbale 2) aprender de ellas y detenerme cuando las teclas sean movidas por mis dedos llenos de víscera 3)planear mejor sobre lo que voy a escribir en este aburriblog y 4) aprender, otra vez, a que se me vuelva a resbalar. Por otro lado, si a los 25 el empleo no era bien remunerado no era gran cosa. En este momento, si no formas parte del universo de los asalariados, no sólo eres considerado un nini sino un fracasado y no quieres cualquier empleo: hace cinco años cualquier inclusión profesional era un chapuzón divertido, incluso emocionante. Ahora debes tener "el trabajo", "el cargo". Nos guste o no, sí tiene importancia.

Por otro lado, en las mujeres, la vanidad, antes reprimida o clandestina, va saliendo a la luz. En un cajón o en un espacio del tocador, comienzan los asentamientos de cremas y tratamientos. A veces el espejo se va cansando de nuestra boba expresión que va contando las dichosas líneas de expresión. La chica que diga que esto no es verdad, miente para hacerse la distinta. Chicos, yo les digo que, pese a sus quejas sobre el tiempo que invertimos en estas aparentes nimiedades, se hará cada vez más prolongado. Háganse a la idea. La chica que no use una crema, si esto es verdad, terminará con un rostro de lija a los 32 y créanme, esto no les va a gustar. Entiendo que esto es superficial, pero me ocurre de vez en cuando y no creo que esté mal.

Francamente lo que más me angustia no es la edad que pasa por encima de mí. Me preocupa cuando pasa sobre los que me importan, entiéndase, mi abuela con sus historias de hacienda y las apariciones de mamá Moncha y mamá Lasa o de mis padres que se quedan dormidos a los cinco minutos de haber encendido el televisor. No debería sentir la horca cuando intento contar las canas nuevas en su cabello, es saber que la cuenta de años para tenerlos a mi lado es cada vez menor. Un año más de vida es vida menos.
Dicho de otro modo: eres más consciente de la temporalidad. Aterra.

Sin embargo, lo que no había tomado en cuenta es que en este momento estoy adquiriendo mayor libertad, comprendo el valor de hacer, finalmente, cosas por mi cuenta y que, pese a mi reajuste económico, comienzo a sentirme más feliz. Creo que los treinta tratan sobre la paciencia, la serenidad y el alcance de una mayor plenitud. Los veinte son jolgorio, vértigo, arrebato. Supongo que eso era lo que temía, despedirme de la desmesura cuando rondas los veintialgos

Al final tanta fiesta cansa. Deseaba, hace unas semanas, celebrar con una gran producción para ingresar a mi nueva cifra, pero el lunes pasado entendí que no era necesario invertir tanto en un rito de iniciación. Creo que veré por separado a pocos, poquísimos amigos, propondré un día de estos ir a la playa y pronto haré un viaje corto en el que me esperan actividades que me gustan mucho, lo pasaré con una gran amiga y me encontraré con otro par de personas que agradezco su aparición.

Si alguien desea darme algún regalo, este sería perfecto. Aprendan los movimientos del hombre que aparece en esta estupenda canción de los Black Keys, pónganse una botarga y bailen para mí. 
Tal parece que, otra vez, lo haré yo.

En verdad que esta sí es mi rola de cumpleaños. Sacude el esqueleto. Pronto, pronto, 30.









jueves, 12 de enero de 2012

Para el indignado Javier

Esta es la primera y última vez que escribiré lo siguiente.

Javier:

Este blog surgió como un diario abierto para mis amigos, los únicos lectores, quienes suelen estar más contextualizados de lo que ocurre en mi vida. A partir de ese año, del 2008, muchas cosas empezaron a ocurrir, producto de lo que se supone debe atravesar un profesionista-neófito en el ámbito laboral. Acababa de volver de otro país después de un par de años y lo lógico era buscar un empleo. Posiblemente la impaciencia por la actividad me condujo a desempeñarme en un área en la que definitivamente no tengo vocación, a tal grado que la abandoné, para bien de todos. 
El día de hoy he leído tus comentarios, bastante rudos por cierto. Tal como mencioné líneas arriba, este espacio lo utilizo como catarsis, como diversión, como ocio. Te parece que mi actitud fue poco responsable y ética, por supuesto que lo fue, eso no lo discuto y lo admito. Sin embargo, no pienso defender a las personas mencionadas porque yo no creo en la inocencia de la gente de acuerdo con la edad. Estas chicas no fueron buenas personas. Lo he dicho ya, ese post fue mi modo de expresarme por aquello que no me había hecho sentir bien. Por lo tanto, no pienso permitir ser blanco de insulto cuando la persona que lo hace, en este caso tú, no tiene idea de lo que la persona que lo escribió, yo, tuvo que pasar. Este suceso ocurrió hace varios años y puedo decirte con toda honestidad que aprendí de ello. Te invito a que lo superes como lo hice yo.

Una cosa más. Como  únicamente te centraste en el nombre de una chica, podría suponer que la conoces y por ello deseas empuñar la espada de Damocles conmigo. Descuida. Seguramente ella es lo suficientemente madura para defenderse por sí sola. Por otro lado, si te sentiste aludido por algún motivo en particular, te pido te relajes. Ellas hablaron peor de mí, así que creo que ellas y yo estuvimos a mano HACE CASI CUATRO AÑOS. 

Lo digo una vez más: mi blog es catarsis extendida a mis amigos. Así como tuviste tiempo de leer únicamente ese post, al menos hubieses leído otros más para darte cuenta que a quien suelo criticar con mayor frecuencia es a mí y de quien suelo burlarme es de mí. 

Por último, una crítica se elabora a través de la argumentación, no del insulto. Quizá por eso creo que conoces a estos personajes. Si no es así, te recomiendo que expreses tu acuerdo o desacuerdo a partir de sólidas bases, de fundamentos, no de adjetivos calificativos que se orientan más hacia la ofensa que hacia la contundencia. 

Pese a todo, agradezco tu ánimo para hacer el intento de opinar.

Quiero continuar con la misma línea de mi blog y es mi deseo que mis amigos sigan opinando o diciéndome, con respeto y con argumentos, cuando he errado o no. Pido leas con atención el mensaje que escribí para ti y  te lo lleves.