Culpen a los artic Monkeys, qué más da.
Si he demorado en escribir una nueva entrada en mi blog ha sido por mis alumnos, mis muchachos, mis clases... me he dado cuenta que a medida que pasa el tiempo, estar en esta ciudad me aleja de mis vicios y de los amigos, supongo que es una de las consecuencias de trabajar, de no irme al df. Mis alumnos, culpen también a mis alumnos. ¿Porqué estoy culpándolos?
Una de tantas desventajas de no socializar. Esta práctica, que años atrás la consideraba irrelevante, ahora me parece indispensable para matar tiempo en mi ciudad-pueblote. Pero veamos, ayer recibí un mensaje en donde me invitaban al antro, pero ¿adivinen qué? detesto los antros xalapeños. Para empezar corro el riesgo de encontrarme con mis alumnos, ya de antemano me sentiría un poco incómoda, y para terminar la música es una porquería. Una de las cosas que más me dan risa de los pijos xalapeños es que, como el resto de los pijos, les gusta estar "naqueando" a los que no se llevan con ellos y muchos gustan bailar o cantar a coro la música popular, esto es, la música banda, o lo que es peor, van a escuchar "música en vivo" con una "banda" que únicamente toca canciones pop. Y ahora, que han abierto un lugar cubano, jaja, ahí van, pero ¿acaso la salsa no es un género digno de naquear para estos chicos? en fin, si no piensan en mis clases, menos se ponen a reflexionar "hey, un minuto, soy fresa, no debería estar aquí bebiendo mojitos". He llegado a la conclusión que el día que haya un lugar para rocanrolear, ese día se acaba el mundo, es más probable que los zetas no sólo invadan Clavijero y lleguen a los antros como leí en un forward que me envió una amiga, sino que estén en cada esquina buscando a quién secuestran. Así que, mi ciudad está teñida de rojo y poblándose de zetas... la razón, el infiel a veracruz.
Lo que me queda es poder salir a correr por las mañanas, ya que mis horarios de docencia han cambiado. Algo que he advertido es que, cuando voy acompañada por mi mamá adquiero un estatus, es decir, los señores y señoras que van me dan los buenos días porque cuando iba sola ni un suspirito deportivo me convidaban. Lo mejor es ir a las siete de la mañana, porque hay "tráfico de ñores deportistas" a partir de las siete y media hasta las ocho y cuarto, y hay que tener cuidado, algunos les entra el espíritu de competencia y son un poquito agresivos, imagínense, ¿cómo va a rebasarlos una veinteañera? ¡no, eso no!
En fin, regreso al baile y a la música. Están los raves, pero vamos, no soy fanática de la música, podría ir algunas veces, pero no todo el tiempo, y además tendría que tener algunos tragos encima porque tachas, a eso sí no le entro cabareñitos.
No me gusta plaza américas, el cine es muy caro y lo siento, pero la situación económica está tan mal que prefiero comprar películas pirata ... ¡un momento, ya no puedo ir a Clavijero! mis alumnos me han recomendado ir a CAXA, plaza museo y bueno, el mercadito que ponen en araucarias. ¡No he podido ver Batman! sí, me gustó la primera de Nolan y ahora quiero ver la segunda, vamos, no está peleada la literatura con estos gustitos cinematográficos. Ah sí, tampoco plaza Americas ofrece diversidad fílmica, otro gran problema con el que me he encontrado.
Me quedan sólo dos preciosos días para terminar mi puente, dos días en los que espero alguien se apiade de mí y me ofrezca un momentito de chelitas gritando viva México. Si eso no ocurre, tengo un fracaso social asegurado, y en consecuencia una tristeza inevitable.
En fin, ya leo nuevamente, les he pedido a los de tercer semestre hagan continuaciones de cuentos... ya sé ya sé, eso suena chafón, imposible, desconsiderado con el autor, pero vamos, concédanme la oportunidad de ver qué tan creativos pueden llegar a ser estos chicos... algo me dice que únicamente escribirán seis líneas... todas ellas con faltas de ortografía.
En fin, que ya son las ocho con treinta y cuatro en estos momentos y me siento como leoncito enjaulado, me siento molesta. Ya tengo sueño, no aguanto nada. Sí, ya sé, ando insoportable.
Por cierto, debido a que he andado como loca estas semanas, no tuve la oportunidad de desearle a mi mignon buen viaje y buena suerte en tierras gringas. Como siempre mi hijito cachondón hará de las suyas, pero seguro aprenderá un montón, además de consumir cantidades importantes de líquido etílico, hijo, si algún día lees esto, por favor, no dejes chamacos por ahí regados, jajaja.
Me siento un poco indignada porque hay última generación de la Academia y por el programa de Televisa que transmiten a la misa hora cuyo nombre he olvidado, pero es algo de ... por un sueño... creo que he errado. Debería considerar venderme como barata historia en lugar de enseñar literatura a unos adolescentes que no sé si llegarán a escribir con menos faltas de ortografía. Pero nada es tan malo, tengo dos buenos lectores, y uno de ellos, mis tamarindos colegas, tiene una mirada que no había visto en mucho tiempo, no puedo mirarle de frente porque me siento desarmada, que en cualquier momento va a atizar lo que estoy diciendo, dejándome muda y torpe, esto no debería estar pasando. ¡Peligro! Podría decirle el verso de Pizarnik: ayúdame a no pedir ayuda.
En fin, dejemos que esto pase como mis días inútiles de septiembre, mañana iré la feria del libro a ver si puedo agotar mi paupérrimo salario en algún hallazgo interesante, pero créanme, ahora soy tan egoísta racional que pensaré "oh, esto podría funcionar para mis alumnos.
Pues, buena noche del grito, si ocurre algo digno de contar, haré todo lo posible por no dejar pasar tantos días.
espejo de un bar (la despedida)
Querías mirarte pura tras la luz,
pero tenías una mancha en el vestido.
Entonces la cicatriz en su tartamudeo
que no cesa y cansa,
musitó para ti
“no hay mal que maldad sea”.
Tiñó más tu ropa,
y aquel deseo de mirar
el parpadeo luminoso frente a ti
se apagó, justo ahí, en tu eje,
descendiendo como tu cabellera
hasta la punta de tus zapatos,
en donde no existe mayor reflejo
que las colillas en el suelo,
tu fracaso.
Querías mirarte pura tras la luz,
pero tenías una mancha en el vestido.
Entonces la cicatriz en su tartamudeo
que no cesa y cansa,
musitó para ti
“no hay mal que maldad sea”.
Tiñó más tu ropa,
y aquel deseo de mirar
el parpadeo luminoso frente a ti
se apagó, justo ahí, en tu eje,
descendiendo como tu cabellera
hasta la punta de tus zapatos,
en donde no existe mayor reflejo
que las colillas en el suelo,
tu fracaso.
¡Buenas noches tamarindos!
3 comentarios:
Hace mucho abandoné la idea de salir de noche acá. Voy a casa de amigos u organizo algo en la mía. Pero en general no salgo mucho. El cine: matinés sábados y domingos, es más barato y va poca gente. Batman: The Dark Knight la vi cuatro veces, es como el triple de buena que la primera (de Nolan y de Burton, ya, lo dije). La FILU está bien, ha estado mejor otros años. A mí una vez un alumno me vio fumando en la calle (fumaba entonces, de esto hace diez años) y me gritó "ah, ya fuma" y me molestó mucho mucho. En aquel momento también trabajaba de mesero-poeta en una peña-bar, una vez fue uno con sus padres... en fin.
Saludos!
Mi palabra de verificación esta vez es pronunciable: ofams
Pos Batman sigue ahí, aunque es muy probable que hoy la quiten. Yo tenía todas las intenciones de verla por segunda ocasión, pero la única oportunidad real que tuve fue echada a la basura por alguien más =/.
Sí hay lugares para roquear en Xalapita, lo que hace falta son buenas bandas. Hay muy poquitas. Ahí cuando sepa de alguna que valga la pena, te echo un grito, le consentement... La otra es que es muy probable que tus emos alumnitos anden por ahí también.
Cuídese y salud.
No pude evitarlo. Pocas veces uno ve palabras de verificación tan ñoñas como la que me tocó:
fofiz
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