Fer, durante estos doce meses doña Li resiente los años en sus piernas, busca un bálsamo para acallar la amplitud de la casa cuyo único espacio que no conoce la oquedad es el buró en que se encuentra la cajita de madera donde residen tus cenizas y se queja a menudo de tus antiguas decisiones, que, insiste, la perjudicaron. No te fijes, más adelante podrán hacer el ajuste de cuentas. Por otro lado suspira, a intervalos poderosamente regulares a tu hija Lu, quien recuesta su dolor por la mañana y es sabido por sus hijas, tus nietas, que su pecho solamente puede barrer la hojarasca, ya que no puede contra el escarabajo de tu pérdida, incrustada en su pecho para adornarla y acompañarla, no se va porque es lo único que la aproxima a ti -eso piensa-. En este momento se dirige a verte, no la culpes, no aguanta el llanto, eso sí, repréndela, es un favor especial, pues se esfuerza a ratos para atragantar ese gris, leal compañero mortal, que le exige nomadismo a la sonrisa y vuelve permanente al rictus de la herida, nacimiento de más raíces para la tristeza. Repréndela, porque sólo puedo tenderle los brazos, torpes siempre, pues materia desconocida resulta para mí su corazón.
Sobre el resto de tus hijos... mejor... imagínalos como un par de muros de contención, uno frente a otro, cimbrados sobre un campo minado.
Conviene que pienses de mí -no sé si consiga engañarte-, que en general soy mesurada y poseo un grado excepcional de sensatez, y por ello quiero contarte lo que haré este domingo de elecciones. Como la historia política de nuestro país se resume en "la única orientación son mis intereses monetarios, me importa un carajo el país, quiero camionetas último modelo, jugosos viáticos, casas grandes, exorbitantes cuentas bancarias, total, porque, quién dijo que México alberga a pobretones, yo no lo soy", y como los candidatos a diputados federales están totalmente de acuerdo en lo que acabo de escribir, iré a la urna y en mi papeleta dibujaré un árbol como los que hacía cuando estaba en el jardín de niños -no estoy de humor para poner una carita feliz-, aún no estoy segura si lo adornaré con manzanitas, pero eso sí, con mucho pasto y flores. Ahora intento convencer a una de mis compañeras de trabajo para que escriba-confiese su amor por un actorcillo que balbucea en una novela que sale en la televisora que no te gustaba, y que dice, lo digo textualmente y espero no te importe, "está bieeen buenooo" , así que le dije, oye, es tu opotunidad para que escribas me encanta William Levy.
¿O prefieres que vote por algún ambicioso? Tal vez soy muy radical, pero sería divertido ¿no te parece?
El resto de los acontecimientos, acaecidos durante este año, dejan mucho que desear, y no quiero que te lamentes o te sientas aliviado porque no te encuentras por aquí. Mejor, si estás acompañado, espero puedas hacer lo que tanto te gustaba, jugar golf y decirle a la gente que coma fruta, que es buena para la salud.
Claro, sí te echo de menos, pero no quiero ponerme sentimental.
Sobre el resto de tus hijos... mejor... imagínalos como un par de muros de contención, uno frente a otro, cimbrados sobre un campo minado.
Conviene que pienses de mí -no sé si consiga engañarte-, que en general soy mesurada y poseo un grado excepcional de sensatez, y por ello quiero contarte lo que haré este domingo de elecciones. Como la historia política de nuestro país se resume en "la única orientación son mis intereses monetarios, me importa un carajo el país, quiero camionetas último modelo, jugosos viáticos, casas grandes, exorbitantes cuentas bancarias, total, porque, quién dijo que México alberga a pobretones, yo no lo soy", y como los candidatos a diputados federales están totalmente de acuerdo en lo que acabo de escribir, iré a la urna y en mi papeleta dibujaré un árbol como los que hacía cuando estaba en el jardín de niños -no estoy de humor para poner una carita feliz-, aún no estoy segura si lo adornaré con manzanitas, pero eso sí, con mucho pasto y flores. Ahora intento convencer a una de mis compañeras de trabajo para que escriba-confiese su amor por un actorcillo que balbucea en una novela que sale en la televisora que no te gustaba, y que dice, lo digo textualmente y espero no te importe, "está bieeen buenooo" , así que le dije, oye, es tu opotunidad para que escribas me encanta William Levy.
¿O prefieres que vote por algún ambicioso? Tal vez soy muy radical, pero sería divertido ¿no te parece?
El resto de los acontecimientos, acaecidos durante este año, dejan mucho que desear, y no quiero que te lamentes o te sientas aliviado porque no te encuentras por aquí. Mejor, si estás acompañado, espero puedas hacer lo que tanto te gustaba, jugar golf y decirle a la gente que coma fruta, que es buena para la salud.
Claro, sí te echo de menos, pero no quiero ponerme sentimental.