Seguir la luz como polilla bronca en su empeño de lanzar su vuelo celofán al instante sin valor. Tal vez el restello de sus golpes guía para zurcir al cuerpo que no sabe si el insomnio es fatiga de sentarse tantas horas en una silla, cuyo rechinar embiste a la certeza de sólo tenerse a sí mismo y sostenerse solo.
La suerte no es adversa sino inmóvil, múltiplo en mi ausencia.
La suerte no es adversa sino inmóvil, múltiplo en mi ausencia.
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